Una radiografía social de los ingresantes a la UNL

Una radiografía social de los ingresantes a la UNL

DE 6.800 INSCRIPTOS, MIL NO HICIERON EL CURSO DE ARTICULACIÓN


 Un 25 % viene de Entre Ríos. El 17 % trabaja; la mayoría lo hace por más de 35 horas semanales, muchos en empleos temporales.

Una radiografía social de los ingresantes a la UNL
El nuevo estudiantado universitario de la UNL tiene características propias. Así lo muestra un relevamiento estadístico de esa casa de estudios. Foto: Archivo El Litoral / Mauricio Garín

 

Luciano Andreychuk                   landreychuk@ellitoral.com

Aunque no muestran realidades absolutas, el valor empírico de los números estadísticos suele revelar indicadores siempre aproximados. Un exhaustivo trabajo de la secretaría académica de la UNL reflejó la composición socioeconómica, de procedencia geográfica y de nivel de instrucción del estudiantado universitario que se inscribió este año para cursar alguna de las carreras de grado de esa casa de estudios. No hay grandes hallazgos; pero sí un “mapeado”, una radiografía de los nuevos alumnos.

De acuerdo con el relevamiento, en 2013 se inscribieron 6.870 ingresantes. (Se contabilizó a los aspirantes, o los alumnos inscriptos administrativamente que completaron las planillas y presentaron la documentación requerida.) De ese total, rindieron los cursos de articulación (general y disciplinar) 5.811 alumnos. Con esto, 1.059 inscriptos (un 15 % del total) no realizaron los cursos. En este grupo, hubo homologaciones para exceptuados (alumnos de la EIS o de la Escuela Granja, por ejemplo), chicos que hicieron un sólo curso de los dos, y otros que no se presentaron a ninguno.

De los 6.870 inscriptos hubo cerca de un 14 % más de mujeres (fueron 3.908 contra 2.962 varones). Esa mayor presencia femenina en el ingreso se repite desde hace varios años.

El grueso de los nuevos universitarios procede de la provincia de Santa Fe (4.795). Pero ha sido llamativo el número de entrerrianos inscriptos, que fueron 1.778 jóvenes: poco más de un 25 % de los ingresantes proviene de la vecina provincia. Como curiosidad, llamó la atención la cantidad de correntinos (50) y cordobeses (49) que decidieron venir a estudiar a la UNL. De Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur se inscribieron 8 aspirantes. También hubo 32 ingresantes extranjeros.

Trabajo y estudios previos

Del total de aspirantes, cerca de un 17 % trabaja (1.155). De éstos, poco menos de la mitad (446) trabaja más de 35 horas semanales, y son 391 los que lo hacen entre 20 y 35 horas semanales. Entre el grupo de estudiantes trabajadores, hay un alto número de ocupaciones temporales (424). Los trabajadores permanentes son 563, indica el relevamiento estadístico.

Con respecto a la procedencia de los ingresantes por orientación y tipo de colegio secundario, hay una relativa paridad entre los llegaron de escuelas públicas y de privadas, aunque la balanza se inclina hacia las primeras. Las diferencias más notorias a favor de las instituciones del Estado aparecen en la orientación Arte (132 aspirantes llegaron de escuelas públicas, contra 54 de privadas). Y en la orientación Economía y Administración, hay más ingresantes llegados de privadas (1.091) que de escuelas públicas (918).

Se evidenció un alto número de ingresantes con estudios superiores previos (1.333), lo cual indica que la edad promedio general de los ingresantes a la UNL sube hasta cerca de los 20 años. El secretario académico de la UNL, Carlos Sastre, y el director del Área de Articulación, Ingreso y Permanencia, Jorge Saccone, explicaron a El Litoral que “la franja más gruesa de los ingresantes está ocupada por los chicos que terminan la secundaria e inmediatamente empiezan la facultad. Pero también hay un buen número de alumnos más grandes que ya tienen estudios superiores, pero que quieren ampliarlos con una licenciatura, por ejemplo”.

Políticas de articulación: los desafíos

  • La articulación entre secundaria y universidad se está prestando a un intenso debate académico. Es una fase clave del proceso de formación superior, y muchos consideran que la articulación determina el éxito o el fracaso de un trayecto de estudios universitarios. “El sistema educativo debe ser mirado globalmente y como un proceso. Tiene que articularse en el nivel inicial, primario y secundario, y éste con el universitario. Por eso, es importante el trabajo conjunto entre la universidad y el área jurisdiccional (la Provincia)”, insistió Sastre.

“Es importante que nosotros aseguremos una transición lúcida entre la escuelas secundarias y el nivel superior. Se trata de que los chicos elijan mejor, y un ejemplo de estrategia de articulación es la Expo Carreras, por ejemplo. Hoy hay un muy buen vínculo con la ministra de Educación provincial (Claudia) Balagué, que a su vez que proviene del ámbito universitario, y eso es una ventaja”, resaltó el secretario académico.

Los tours académicos, las visitas guiadas, el trabajo de los tutores universitarios, la llegada de la universidad a las escuelas, son todos dispositivos que hacen a la política de articulación de la UNL. “Aquí la fundamentación central de la universidad se basa en la premisa de hacer que la mayor cantidad de chicos ingresen. Esa visión de la articulación no tiene ningún componente expulsivo, sino todo lo contrario: la orientación de la política de articulación es plenamente inclusiva”, subrayó Sastre.

Estrategias

“Respecto de los cursos de articulación, empezamos un trabajo muy fuerte desde diciembre pasado. Ahora, además de los remediales (instancias recuperatorias) centralizados, empiezan los remediales por facultad, como otro dispositivo para retener a aquellos estudiantes que de todo el proceso del curso de articulación (sobre todo en módulos puntuales y donde aparecen los rendimientos más bajos) no han podido aprobar ni resolver algunas carencias de formación. Esta es otra estrategia fuerte”, afirmó Saccone.

Pero las políticas de articulación deben estar acompañadas con acciones de retención y de egreso. “En este momento se está trabajando en un relevamiento institucional para ver el panorama de los alumnos avanzados que no terminan de recibirse. Porque debemos lograr que se traten de graduar en el tiempo estipulado: un trayecto académico que se dilata en el tiempo es pérdida para el alumno y para el Estado. Y en eso vamos a trabajar fuertemente”, dijo Sastre.

 

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Carlos Sastre (izq.) y Jorge Saccone (der.) en diálogo con El Litoral.

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