Supresión de barreras en la universidad
Opinión
Por Bibiana Misischia *
La posibilidad de acceso de personas con discapacidad se asocia a las barreras arquitectónicas; sin embargo, su supresión es sólo un primer paso para posibilitar el ejercicio de los derechos que promueven una situación de equidad. Para impulsar dicha autonomía son necesarios diseños que eliminen las barreras de accesibilidad y creen apoyos necesarios, por ejemplo el Braille, rampas, lengua de señas y otras medidas. En los últimos años, el término “accesibilidad” ha evolucionado hacia un concepto más inclusivo: el de diseño universal. El arquitecto Ronald L. Mace amplió el concepto de “accesibilidad física” y propuso el uso del concepto de “diseño universal”, entendido como la “creación de productos y entornos diseñados de modo que sean utilizables por todas las personas en la mayor medida posible, sin necesidad de adaptaciones o diseños especializados”.
¿En qué situación se encuentran, al respecto, las universidades nacionales?
Las fuentes formales registran las primeras acciones sistemáticas en 1994, sobre la inclusión universitaria de las personas con discapacidad, con la consolidación de la Comisión Provisoria Interuniversitaria para la discapacidad. Posteriormente, las seis universidades que la integraban deciden conformarse como Comisión Interuniversitaria y se proponen “defender el principio constitucional de igualdad de derechos, tendiente a la equiparación de oportunidades en favor de las personas con discapacidad”, y convocan a miembros asesores, entre ellos se incorpora el Centro de Investigación Barreras Arquitectónicas y Urbanísticas y en el Transporte (Cibaud), de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (UBA).
Desde esa comisión, con el propósito de impulsar una “universidad para todos” se inician los contactos con los responsables del Programa de Apoyo a las Políticas de Bienestar y del Area de Infraestructura del Ministerio de Educación de la Nación, con la intención de eliminar las barreras arquitectónicas, urbanísticas y comunicacionales que impiden desarrollar las actividades de integrantes de la comunidad universitaria y lograr la adecuación de los edificios universitarios de acuerdo con la normativa nacional vigente.
Para ello se presenta ante el Consejo Interuniversitario Nacional el Programa Integral de Accesibilidad de las Universidades Públicas, y desde el Ministerio de Educación se otorga apoyo económico para la capacitación de los responsables de obras de las universidades nacionales y el posterior financiamiento para las adecuaciones edilicias para la eliminación de barreras, lo que posibilita que todas las personas, sin discriminación, gocen del derecho a recibir educación.
“Los avances en la eliminación de barreras, en resoluciones accesibles y proyectos bajo los principios del diseño universal se enmarcan en un enfoque que articula diversidad social, derechos humanos y un ambiente construido y comunicacional accesible para el logro de una efectiva equiparación de oportunidades –señala Nora Demarchi, a cargo del área Accesibilidad Física de la Universidad Nacional de Mar del Plata–. Cabe mencionar que las universidades, al participar del Programa de Accesibilidad, se han comprometido a proyectar y construir edificios y predios accesibles, lo que garantizará a futuro una educación superior para todos.”
Un ejemplo actual de la supresión de barreras edilicias y comunicacionales es el nuevo edificio de la Universidad Nacional de Río Negro de la sede Atlántica, en Viedma. El edificio incluye la resolución de pequeños desniveles por medio de rampas y un ascensor, a la vez que cuenta con sanitarios accesibles. Se anunció que en una segunda etapa constructiva se incorporarán maquetas hápticas y señalética en Braille para personas con ceguera, y otras adecuaciones para personas con sordera, como los aros magnéticos.
* Profesora, integrante de la Comisión Asesora para la Integración de Personas con Discapacidad, Universidad Nacional de Río Negro.