La crítica oficial a una prueba educativa genera polémica
Sileoni dijo que la prueba PISA compara lo que no es comparable. Los expertos reclaman usarla para mejorar.
Prueba. PISA evalúa a los adolescentes en matemática, ciencias y lectura.
Luego de que el ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, cuestionara la prueba internacional PISA, se desató la polémica acerca del valor de esta evaluación. Sileoni sostuvo en el Congreso de Educación Comparada que PISA “compara lo que no es comparable”, ya que “cada país tiene su historia y su contexto político y social ”.
En los resultados de la última edición, Argentina ocupó el puesto 58 entre los 65 países que participaron. Quedó detrás de Chile (44), Uruguay (47), Colombia (52) y Brasil (53). En los últimos diez años, Argentina pasó del primer lugar en Latinoamérica al séptimo.
Las críticas hacia la prueba son compartidas por los ministros del Mercosur, que enviaron una carta al Consejo Técnico de PISA. Allí presentaron reparos en torno a qué es lo que se compara, cómo se conforman las muestras de jóvenes a los que se evalúa,cómo se analizan los contextos sociales en que se toman las pruebas, y cómo se realiza la difusión de los resultados.
“Queremos evaluar un sistema educativo como una integralidad. No es posible separar calidad educativa de inclusión; es indispensable adoptar una concepción amplia de calidad educativa que incorpore al análisis de la misma otras dimensiones”, dijo Sileoni ayer.
En 2009, la Argentina había sido el único país que solicitó que los resultados de la prueba distinguiesen dos categorías de la población: con y sin rezago escolar. El argumento: la cantidad de jóvenes de 15 años atrasados es mayor en nuestro país que en los europeos.
Edgardo Zablotsky, economista de la Universidad del CEMA, sostuvo que el pedido de modificar PISA es una manera de “dar la espalda” a un dato que demuestra que “estamos haciendo las cosas mal”. “Es lamentable escuchar que no se puede medir con la misma vara a un niño de Finlandia (3° puesto en 2009) con uno de nuestro país. Todo niño tiene derecho a superar su condición social a través de la educación. Jamás habría que solicitar cambiar la unidad de medida, bajar la altura de la vara: deberíamos esforzarnos por alcanzarla”.
Manuel Álvarez Tronge, presidente de Educar 2050, consideró que “PISA es un análisis de estado de ‘salud’, como una radiografía o el colesterol: no hay que pelearse con el resultado”. Y reconoció: “Es evidente que PISA no tiene toda la información; está bien lo que dice el ministro en el sentido de tener más información social, porque el problema de la equidad educativa es el mayor de la Argentina”.
Timo Aareevara, profesor de la Universidad de Helsinski, dijo ayer en el Congreso de Educación Comparada que PISA “es muy importante a los efectos del desarrollo y medición del rendimiento: no se trata de un mero ránking”. El experto en evaluación Gilbert Valverde lamentó que en el país los datos de PISA no se investiguen para tomar decisiones de política educativa. También resaltó que el comportamiento de los alumnos argentinos en la prueba es atípico: “En Argentina la omisión de preguntas es alta. Si los chicos no contestan porque no entienden, es preocupante. Pero también si no contestan porque no les interesa”.
Para Pedro Ravela, especialista en evaluación, “lo primero es que los países tengan un debate franco acerca de si le interesa realmente el enfoque de PISA. Luego, trabajar con los docentes para comunicarles que esto es importante para el país; para ayudarlos a enriquecer sus modos de enseñar y alinearlos progresivamente con este enfoque; y también para identificar docentes cuyas prácticas de enseñanza ya están en la línea de PISA, para que sirvan de inspiración a otros”.
Cecilia Veleda, de CIPPEC, explicó que la prueba es una herramienta valiosa porque “permite obtener una visión macro del sistema educativo, y comparar con otros países, sobre todo de la región”. Para Veleda, es prioritario instalar en el país “una cultura de la evaluación”, que abarque de manera integral los diferentes niveles del sistema educativo, porque la evaluación “es una herramienta clave para la mejora educativa”. Esto implica seguir participando en las evaluaciones internacionales, pero también “aprovechar mejor los resultados”.