No se repetirá más el primer grado

por
Julio
Armando

En la actualidad, primer grado de la escuela primaria es el que más se repite a nivel nacional. En ese nivel hay más de 800.000 alumnos, y alrededor del 9% debe volver a hacerlo. El porcentaje va cayendo con los años y ya en 6° grado la repitencia baja al 4,2%. Ante esta situación es que los ministros de todas las jurisdicciones provinciales que conforman el Consejo Federal de Educación decidieron emitir en el 2012 una resolución (CFE Nº 174/12) en la que se elimina la repitencia de los alumnos en el primer grado determinando la promoción automática de los mismos al segundo grado de la escuela primaria. Si bien, según establece el documento, la norma “se podrá implementar de manera gradual hasta alcanzar en el 2016 todas las escuelas del país”; Santa Fe decidió aplicarla en todo el territorio desde el año que viene. Por lo cual ya se bajaron las directivas a supervisores e instituciones educativas santafesinas.
La medida contempla considerar a primero y segundo grado como una “unidad pedagógica” promoviendo a los alumnos de un grado a otro automáticamente y acompañados por un docente que deberá continuar los dos años con el mismo grupo de chicos. También se prevén cambios en la libreta de calificaciones que dejará de tener valoraciones cuantitativas para ser más bien de tipo descriptiva. Es decir, desaparecerán en el primer grado las valoraciones con conceptos para hablar de los logros obtenidos y los que faltan obtener por parte de los alumnos.
Los fundamentos de esta determinación del Concejo Federal de Educación hablan de la necesidad de que “los chicos que todavía no han completado el proceso de lectura y de escritura, como tampoco el de la noción de la numeración y las operaciones matemáticas básicas (en primer grado), lo continúen y lo profundicen en el año siguiente”. Y agrega: “Repetir el primer grado no significa para muchos niños más que una nueva oportunidad para fracasar y esta repitencia reiterada es, seguramente, uno de los factores que determinan posteriormente los altos índices de sobre edad en el primer ciclo de la escuela primaria”.

EL FRACASO DE LA
PROMOCION ASISTIDA
Santa Fe ya pasó por una experiencia como la que se intenta aplicar a nivel Nacional. Durante el último gobierno de Obeid, la entonces ministra de Educación Adriana Cantero apeló a la recordada “Promoción asistida”, que establecía la no repitencia de los alumnos que se encontraban en primer grado. Norma que fue luego derogada en tiempos de Binner por la entonces ministra del área Elida Rasino. Querer promover alumnos por decreto con el simple objetivo de bajar las estadísticas de repitencia y sobre edad en la escuela primaria, no es un buen incentivo para aplicar una resolución como la que se intenta aplicar ahora a nivel país. Sobre todo si se tiene en cuenta que fue consensuada por ministros de Educación, que son funcionarios totalmente temporales en la función pública y que representan intereses partidarios de sus jefes políticos. Lo ideal hubiera sido que una norma de este tipo que afectará a tantos chicos y docentes sea debatida con más tiempo, consultando especialistas, educadores; y proponiendo un debate a largo plazo como por ejemplo en el Congreso de la Nación donde todas las fuerzas políticas se encuentran representadas. Una medida de este tipo amerita una discusión más profunda que la de 24 ministros. Por otro lado el éxito o no de la norma finalmente residirá en el acompañamiento que pueda dar el Estado para que la promoción sea “asistida” y no como ocurrió en Santa Fe, donde las escuelas prácticamente quedaron solas sin ningún tipo de acompañamiento y asesoramiento sobre el tema. Los alumnos que ya traen dificultades antes de ingresar a la escuela, no las van a solucionar por sí solos porque exista una medida que los promueva de un año a otro. Necesitarán de un docente que tenga apoyo pedagógico de sus superiores, de un grado que no supere los 20 alumnos, de cursos de capacitación, de un equipo interdisciplinario que ayude a los niños a superar dificultades, de un acompañamiento del Estado a la familia de ese niño. No alcanza con quedarse sentado a esperar “la maduración del alumno” o pretender que todas las soluciones vengan desde la escuela. Hay que ver qué está dispuesto a poner cada gobierno provincial para que la “unidad pedagógica” funcione correctamente y no sea como ya pasó, un simple discurso bien organizado.