Sólo dos de cada diez alumnos consiguen terminar la carrera

Sólo dos de cada diez alumnos consiguen terminar la carrera

DESERCION UNIVERSITARIA


30 SEP 2012 00:00h

La mayor parte deja los estudios durante el primer año. Trabajo, desconocimiento y dudas en la vocación, entre las razones.

PorGABRIELA SAMELA
ESPECIAL PARA CLARIN
 

La necesidad de trabajar, la distancia entre lo que se imaginó sobre la carrera y la realidad, y las dificultades para adecuarse a la vida universitaria se cuentan entre los múltiples factores por los cuales los alumnos cambian o abandonan la carrera, en muchos casos apenas iniciada. En la Argentina, el 76% de los estudiantes deserta, o, al menos, no consigue terminar sus estudios superiores en tiempos cercanos a los planteados por los planes de estudio.

Este dato surge de las estadísticas que elabora la Secretaría de Políticas Universitarias, que mide anualmente nuevos inscriptos y egresados del sistema. “Suponemos una duración teórica de una carrera en 6 años promedio para las universidades nacionales y en 5 para las de gestión privada”, explica Marcelo Rabossi, profesor del Area de Educación de la Universidad Di Tella (UTDT). “Así, una persona que se inscribió en el año 2000 en una universidad nacional, debería haber egresado en 2006. Para calcular el desgranamiento, se toma la cantidad de nuevos inscriptos en 2000 y de graduados en 2006”, detalla el académico.

Aunque se acepta como indicador, este cálculo es sólo una aproximación al porcentaje real de deserción, ya que para conocer la cifra precisa, habría que saber si aquellos que no terminaron abandonaron definitivamente, están cursando a un ritmo más lento o se cambiaron de carrera.

“En muchos casos, el cambio sistemático de carrera es la antesala del abandono definitivo de la facultad”, asegura Alexix Genuth, fundador y CEO de InterUniversidades.com, una red social para estudiantes y universidades. A través del sitio, Genuth encuestó a más de 5.000 jóvenes y encontró que el 58% abandonó la carrera durante el primer año de cursada.

María Catalina Nosiglia, secretaria de Asuntos Académicos de la UBA, coloca a los problemas de orientación vocacional y a la falta de articulación entre el nivel medio y la enseñanza universitaria como las principales causas de deserción temprana. “No sólo es un problema de diferencia de contenidos, sino de la forma en que se abordan la enseñanza y el aprendizaje”, apunta.

Además, los alumnos que trabajan se encuentran con dificultadas para compatibilizar los horarios laborales y las exigencias de estudio. En el caso de la UBA, por ejemplo, el 65% de los alumnos trabaja y de ellos, el 48% lo hace con una dedicación de entre 35 y 45 horas semanales, y un 15% trabaja más de 45 horas semanales. “No tenemos alumnos de tiempo completo, sino de tiempo muy parcial, lo que hace que se prolonguen los años de estudio, o que, por la competencia con el trabajo, vayan dejando”, señala Nosiglia.

En relación con las razones por las cuales los alumnos dejan la carrera, Alexandre Roig, secretario académico de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) enumera tres hipótesis. La primera es material: hay un problema de recursos que impide que el alumno estudie. “Para eso hay un sistema de becas”, dice Roig. La segunda se relaciona con el “capital cultural” de los alumnos: “el 80% son estudiantes de primera generación, es decir, no son hijos de universitarios. Por lo tanto, el mundo universitario les es ajeno”, indica. En este sentido, se aplican como estrategias las tutorías y una materia específica sobre la vida en la universidad durante el Curso de Preparación Universitaria.

Por último, la tercera hipótesis “es que el problema de la deserción está asociado a la relación pedagógica, a cómo se establece el vínculo estudiante-profesor en el aula”, señala el académico. Para resolver esta cuestión, la universidad desarrolló en su Escuela de Ciencia y Tecnología un programa de mejora académica (ver “Calidad académica”) “con resultados positivos”.

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